sábado

La mujer voladora de Da Nang

Los expedientes de investigadores de la talla de Don Worley y John Keel incluyen casos de alta extrañeza que verdaderamente dan mucho para pensar. Uno de estos incidentes, proveniente de la colección de Worley pero dada de conocer por Keel en su libro "The Mothman Prophecies" relata lo sucedido al infante de marina Earl Morrison durante los meses de julio o agosto de 1969 mientras que disfrutaba de una cálida noche tropical en esta base naval norteamericana en Vietnam, a eso de la 1:30 de la madrugada.

Mientras que los tres soldados conversaban, algo les instó a mirar hacia la oscuridad del cielo y se dieron cuenta de que algo se les acercaba: Un extraño resplandor que contrastaba con lo negro del firmamento. Inexorablemente, el resplandor se acercaba para convertirse en un enorme par de alas de murciélago, pero en vez de corresponder a un quiróptero, las alas estaban adosados al cuerpo de una mujer desnuda de piel negra. "Era negra", dice el soldado de infantería, "y lo tenía todo negro, su piel, su cuerpo, las alas – todo era negro. Pero resplandecía. Resplandecía en la oscuridad – con un matiz verdoso".
El extraño resplandor era el distintivo más extraño de la imponente aparición, ya que lo irradiaba. Absortos por la visión que pasaba ante ellos, los soldados pudieron ver que los brazos de la mujer voladora eran normales, con manos y dedos normales, pero envueltos por la piel que también cubría las alas, alas que batía como las de un gran pájaro, pero en silencio total. "Parecía como si sus brazos no tuviesen huesos, porque eran tan flexibles como los de un murciélago".
Las alas, según explicaría Morrison a Worley, estaban unidas a la mujer hasta sus caderas. Tal vez sintiéndose un poco abochornado, el soldado admitió que se trataba de una "mujer muy desarrollada" y que había tomado muy buena nota de su anatomía, incluyendo el detalle de que la figura parecía estar cubierta por una especie de vello muy fino. A pesar de que estaban de guardia en una zona propensa a ataques por partes de los Vietcong, a ninguno de los tres testigos se le ocurrió abrir fuego contra la intrusa alada. "Es curioso lo que haría uno bajo ciertas circunstancias", explicó Morrison. "Sencillamente nos quedamos mirándola. No podíamos creerlo porque jamás habíamos visto nada parecido en nuestras vidas".


Volando a unos tres metros sobre las cabezas de los soldados, la aparición se mantuvo silenciosa en todo momento. Estos no sabían como reaccionar, sintiéndose petrificados por la insólita figura. Pero cuando la mujer voladora se hallaba a unos cuatro metros de distancia, pudieron escuchar el batir de sus alas mientras que comenzaba a alejarse hasta perderse en la noche. "El tiempo total entre nuestro vistazo inicial y hasta el momento en que la perdimos de vista osciló entre los tres o cuatro minutos". Morrison agrega el detalle de que el personaje no parecía estar interesado en los soldados.
Al día siguiente, los soldados dieron parte de lo sucedido al teniente del pelotón y a otros oficiales, que sencillamente hicieron caso omiso de la extraña experiencia. "A la noche siguiente", contó Morrison a Worley, "llamamos a los centinelas apostados en otra parte del perímetro para preguntarles si habían visto algo raro en el cielo la noche anterior. Cuando dijeron que no, sencillamente nos callamos y no volvimos a decir nada más".
Parecería ser que Earl Morrison y sus colegas no fueron los únicos que vieron cosas extrañas en los cielos de Vietnam durante la guerra. La tripulación de un barco patrulla de casi cuatrocientos pies de eslora con tripulación de ciento sesenta y cinco infantes de marina, que operaba en aguas del Golfo de Siam como parte de la Operación Market Time en la primavera de 1970 tuvo una experiencia igualmente singular. A cinco millas de la desembocadura del río Van Son Ong Doc en aguas de profundidad razonable, los tripulantes del USS Mellon fueron sorprendidos por un objeto oscuro de grandes dimensiones que pasó directamente por debajo del casco de la nave perpendicularmente, siguiendo un rumbo que coincidía con la dirección en que apuntaba el buque de guerra. Según el testimonio de los presentes, el extraño aparato tenía unos cien pies de largo y entre veinte y treinta pies de ancho y con forma general de "lágrima". En ningún momento se llegaron a ver marcas ni protuberancias en la superficie del extraño intruso, ni medios visibles de propulsión. Se pensó en un momento que podía tratarse de un tiburón o ballena, pero las descripciones de los testigos no coincidían con las descripciones de estos seres marinos. La tripulación del Mellon había presenciado OVNIS al igual que OSNIs: En julio del ’70 un aparato volador desconocido había sobrevolado el barco de guerra sobre la isla de Tinian, desplazándose a 3.500 mph.
Cinco años antes de los incidentes mencionados, en el verano de 1966, la NICAP (National Investigation Center of Aerial Phenomena, una de las primeras organizaciones de investigación OVNI en los Estados Unidos) había tomado cartas en el extraño "caso de Nha Trang", que tomó lugar durante una de las fases más activas de la guerra.
Nha Trangh era una base militar altamente fortificada en la costa vietnamita, alojando más de 40.000 tropas aquel momento. Localizada en un valle, la base incluía un aeródromo, almacenes, zonas de almacenamiento de combustible y zona portuaria. Un grupo de soldados se había reunido a las 20:00 horas en una sección abierta de la base para ver una película al aire libre cuando el cielo quedó iluminado repentinamente por lo que parecía ser una enorme bengala que provenía del norte. Pero los pilotos y soldados de Nha Trangh no demoraron en darse cuenta de que no se trataba de una bengala en absoluto: El objeto se abalanzó desde el cielo hacia la base, sembrando el pánico. La noche se hizo día en el valle y todos los aviones y estructuras quedaron perfectamente visibles a todos. Pero el anticipado choque jamás llegó a producirse; el objeto remontó su vuelo y desapareció de vista completamente en cuestión de segundos.
¿Un bólido? ¿Un aerolito? ¿Algún dispositivo soviético "prestado" a los norvietnamitas para la guerra contra los estadounidenses? Lo cierto es que deslumbrante intruso había logrado hacer algo imposible – interrumpir el suministro eléctrico no solamente en Nha Trangh, sino también en una base aérea a media milla de distancia. Pero la interrupción no se limitaba a los enormes generadores importados desde Norteamérica: Los motores de algunos aviones militares, dispuestos a despegar, se habían apagado inexplicablemente. Ni un solo vehículo en la base funcionaba tampoco. La desconcertante situación se prolongó por cinco minutos que se hicieron interminables.


Un avión lleno de altos mandos militares visitó la base desde Washington para tomar cartas en el asunto, alarmados por la repentina inutilización de su poderío bélico en cuestión de segundos por parte de un ingenio desconocido. Los efectos electromagnéticos producidos durante el caso Nha Trangh fueron de gran interés para los ovnílogos de la NICAP.